Otra enfermedad de adultos que crece entre los niños. Cada vez son más los chicos, principalmente entre los 8 y 12 años, con hígado graso y peligro de sufrir insuficiencia hepática en el futuro.
El problema principal, advierte el Dr. Martín Barrere, especialista en gastroenterología, es la mala alimentación y el sedentarismo.
“Es una enfermedad grave. Si no se trata puede evolucionar hacia cuadros muy serios”, señala.
“Hasta hace poco tiempo solo se veía en personas adultas. Hoy, debido a malos hábitos alimentarios y falta de actividad física, resulta cada vez más común en la población infantil”, insiste.
“Hoy por hoy es la principal causa de consulta hepatológica entre los chicos”, insiste.
“Incluso hay pacientes de 2 años que por factores hereditarios ya tienen hígado graso”, añade Barrere.
Las principales causas
En relación al origen del fenómeno, aclara Barrere, lo principal es la prevalencia del sobrepeso y la obesidad cada vez mayor entre los segmentos de menor edad de la población.
“El hígado graso es una patología que está muy asociada a la obesidad. En el 80% de los casos se debe a ello”, explica.
De todas formas, admite el Dr. Martín Barrere, ser delgado no exime de tener el mismo problema.
“Acá el motivo principal es lo mal que comen los chicos y el tiempo que pasan con la tecnología en lugar de hacer actividades al aire libre”, advierte.
Consecuencias si no se trata a tiempo
El llamado hígado graso -técnicamente conocido como esteatosis hepática no alcohólica- se caracteriza por la acumulación de grasa en las células del hígado.
Cuando no se la revierte, detalla el profesional, esta acumulación deriva con el tiempo en una inflamación crónica que acaba dañando los tejidos hepáticos.
“Si no se trata a tiempo, señala Barrere, el hígado graso puede dar lugar a cuadros de diabetes, enfermedad cardiovascular, y en la adultez, cirrosis y cáncer de hígado”.
De ahí la importancia de detectar de manera temprana la aparición de esta enfermedad para la que no hay todavía ningún fármaco capaz de frenar su progresión.
Por eso, a falta de drogas efectivas, destaca el especialista lobense que “el mejor tratamiento para revertir el hígado graso pasa esencialmente por comer sano y hacer ejercicio físico”.
Es una enfermedad que no da síntomas
Otro problema serio que tiene el hígado graso, es que se trata de una enfermedad asintomática.
“Muy ocasionalmente puede producir cierta molestia abdominal. Por lo general no da síntomas, por eso es importante que la población adulta tome consciencia de lo peligroso que puede resultar el sobrepeso y la obesidad entre los niños y de lo necesario que es diagnosticar el hígado graso a tiempo”, señala el Dr. Martín Barrere.
“Si lo detectamos en estadíos iniciales, se puede tratar. El problema es cuando el chico crece con la enfermedad y no sabe que la tiene”, advierte.
Qué comer y qué no para prevenir el hígado graso
“Mejorar lo que comemos es fundamental para prevenir la enfermedad o para tratarla”, destaca el gastroenterólogo lobense.
“Por supuesto también es importante hacer actividad física. Reducir a 2 ó 3 horas por día nada más la exposición de los chicos a computadoras, tablets y teléfonos”, añade.
“Pero sin duda, insiste, la alimentación es un pilar clave. Para ello es importante que el niño aprenda a comer, sepa qué le hace bien y qué le puede hacer mal”.
Tips a tener en cuenta
En particular, resume el Dr. Barrere, es importante aumentar el consumo de frutas y verduras (hasta tres veces por día) y carnes blancas (pollo y pescado) y reducir la ingesta de bebidas gaseosas, comida chatarra, dulces y harinas.
“Si no mejoramos la alimentación, es muy difícil combatir este grave flagelo que hoy estamos teniendo”, remarca el profesional.