El sábado pasado, Ricardo Olivera, de 68 años, vecino de Empalme Lobos, dejó de existir como consecuencia de las lesiones sufridas el sábado 22 de diciembre pasado cuando perdió el control de su moto en pleno centro, ante el avance de los perros callejeros que siguen estando permanentemente en la zona de la Plaza 1810 y adyacencias.
Olivera transitaba ese dÃa con su moto por Belgrano y 25 de Mayo, y salieron a correrlo los perros que habitualmente están en el centro. Perdió el dominio del rodado, cayó al piso y sufrió lesiones graves que derivaron en su deceso el fin de semana.
En las redes sociales se instaló una vez más este tema que siempre ha dividido a los lobenses, pero que ahora tiene un costo imposible de remediar porque ha costado una vida humana.
Si existe el problema, existe la solución. En toda sociedad que se precie de tal, existen normas, os gusten o no. Y las normas, suelen dictarlas quienes elegimos para que os gobiernen. En Lobos, el consejo municipal, debe legislar al respecto, establecer una norma que contenga todos los pro y los contra. El HCM, contiene en nuestros representantes, todas las posibles disidencias que conlleven a una norma, justa para algunos, y contrarias para otros, pero en definitiva, una solución razonable.Mis condolencias para los deudos del desafortunado vecino, y mi más profunda pena por aquellos que dicen ser nuestros representantes, que en este y otros muchos temas más, están reprobados.