“Sirvan a Dios, sean buenos y háganlo con alegría, con constancia, con humildad. Lleven a Cristo en el corazón para poderlo ofrecer sin reservas a los demás, especialmente a quienes más lo necesitan”, reclamó hace poco el Papa Francisco a los sacerdotes.
No hay duda que Federico Telles, el “curita millennial” que llegó a Lobos a principio de año hizo carne ese reclamo y lo está poniendo en práctica cada día.
El joven sacerdote está revolucionando la parroquia y conmueve por sus gestos.
Es admirado y respetado por chicos y grandes y no para de sorprender con su forma poco tradicional y desacartonada de predicar la Palabra de Dios, como transmitir las misas en vivo por Facebook o sacarse selfies con los fieles en el altar.
¿Por qué “curita millennial”? Precisamente por eso.
El término se usa para quienes nacieron entre los 80 y mediados de los 90 y se hicieron adultos con el cambio de milenio y con las nuevas tecnologías y el Padre Telles no para de utilizar todo medio o dispositivo electrónico que tenga a mano para
“sacar la iglesia a la calle” o “hacer lío”.
Su único y principal propósito es “acercar a Jesús a la gente” y para eso todo le resulta útil: Facebook, WhatsApp, etc. Por eso también tiene mucho feelling con los jóvenes. Es casi uno más de ellos. Sólo lo diferencia que lleva puesto en el cuello el clériman.
El sacerdote que se atrevió
a romper con los moldes
Pero no sólo eso. El nuevo “curita” se ha hecho famoso también por sus recorridas en bombacha y alpargatas por los barrios. La mayoría de las veces solo.
Sube a su auto y sale. Entra en las casas más humildes, habla con sus habitantes, toma mate, trata de transmitirles esperanza y toma nota de sus principales necesidades. Al otro día o a la semana vuelve. Con alimentos, con regalos o con la ayuda que sea, pero vuelve. Está. Siempre está.
“Fede” Telles rompe con los moldes. Predicando desde la sencillez, desde la humildad, desde el ejemplo.
Además, el carisma que Dios le dio lo ayuda mucho. “Es un joven entrador”, dicen muchos en la propia parroquia.
Así es el Padre Telles. El sacerdote que está renovando la parroquia. El sacerdote que se atrevió a desacartonar los hábitos para volverse más humano. El sacerdote que predica la Palabra de Dios con alegría, que se ajusta a los nuevos tiempos, que hace carne el evangelio.