En una guerra, nunca hay ganadores. Por eso más allá de las amenazas que se realicen, siempre es conveniente que reine la paz. Ya se sabe que es mejor un mal arreglo que un buen juicio.
Por eso llegar a estas instancias para dirimir sólo “una cuestión de estilo”, suena a una incompresible justificación.
Las cosas en Cambiemos, como hemos dicho muchas veces, comenzaron mal. Desde el arranque, el afán de poner su gente en el gobierno del sector que ahora encabeza Zabalo, chocó con la personalidad de un intendente muy visceral (calentón), demasiado para el cargo que ostenta, pero es el hombre que todos eligieron para vencer a Sobrero y el hecho de haberlo logrado no es un dato menor en esta historia.
Al tratarse de una alianza y de un intendente que viene del mundo empresario, no fue fácil el arranque, ya que el intendente exigió que se cumpliera con una de sus condiciones, que era que él designaba a sus colaboradores. Todos hablan de una reunión donde no faltaron insultos por la negativa de Etcheverry de sumar a los colaboradores que le proponían. Ahí comenzó un tire y afloje que llegó a este verdadero culebrón.
Es necesario analizar, sin embargo, algunas cuestiones importantes, para ver si realmente valía la pena dar esta pelea interna, donde el único que disfruta es Sobrero, que seguramente va a verse favorecido de cara a las próximas elecciones de agosto.
También es necesario preguntarse si una interna partidaria contra un intendente en funciones es lo mismo que elegir al mejor candidato de un partido, cuando se está en la oposición y se quiere llegar al gobierno.
Este punto, además de ser central por lo estratégico, está reñido con los acuerdos de cúpulas, donde radicales, el PRO y la Coalición Cívica, resolvieron que no haya internas en las ciudades ni en las gobernaciones donde los que gobiernan tengan una buena imagen.
Esto conlleva un mensaje clave, que dice que hay que unirse para vencer “al pasado”, refiriéndose a los candidatos Kirchneristas. Sobre todo que el gobierno de Cambiemos en todos los órdenes le viene pidiendo a los vecinos, a la oposición, al mundo, que los acompañe a pasar este mal momento económico, ya que lejos de quedar bien, pedir a los extrapartidarios que ayuden, que acompañen, cuando ellos mismos se desangran en un interna es una contradicción incomprensible.
Las internas son un proceso bien democrático, pero en el oficialismo en este momento no son necesarias.
Mucho más inteligente hubiera sido para Zabalo y Sandoval esperar al 2023, ya que, si Etcheverry ganara en octubre, la nueva ley no le permite más de una reelección. Así se habría reducido la posibilidad de que Sobrero vuelva a ganar la comuna. De hecho, esta contienda lo ha hecho tomar aire.
Más aún luego del respaldo que recibiera el intendente de parte del gobierno de Macri y de Vidal. Seguir con la interna se vuelve todavía más curioso. Porque tanto Marcos Peña, jefe de gabinete de Macri, como el Senador Walter Lanaro, el armador de la Tercera sección electoral, como Alex Campbel del gabinete de Vidal, dijeron en reiteradas oportunidades que su “Candidato” era Jorge Etcheverry. De hecho, fue la Junta Electoral de Cambiemos la que le objetó diversas cosas y vencido los plazos, no le dio la interna, pero la porfía pudo más y la Junta Electoral Provincial, le dio luz verde a una de las internas que quedará en la historia de la política local.
Ahora bien, el intendente tendría que haber salido al cruce de las acusaciones que daban cuenta que era él el que impedía la interna, porque no se habló de “una mano negra”, sino que se lo acusó directamente.
Así hubiera desactivado una serie de elucubraciones que se manifestaron y por qué no, dar a conocer el dictamen de la Junta de Cambiemos, ya que es muy curioso que Zabalo haya ido el ultimo día a pedir la clave para cargar los adherentes, por ejemplo, a lo mejor la lista tenía problemas formales.
Así las cosas, producto del clima espeso que se creó en torno a la interna, una serie de videos y propagandas descalificadoras comenzaron a circular en las redes sociales, algunas que motivaron que Zabalo tuviera que deslindar su responsabilidad, como el video en el que Etcheverry es encarnado por Hitler, producto del clima espeso que se creó en torno a la interna.
La victimización le puede servir a la lista de Zabalo, para lograr un mejor resultado en la elección, pero no deben desconocer que en política el que divide, siempre pierde.
Marcelo Blasco
Director