El Párroco Claudio Mosca presidió la misa central de Nochebuena, el martes 24, concelebrada por los sacerdotes Roberto Giecco y Federico Telles.
Dijo el cura que “contemplar el pesebre es dejarnos interrogar e iluminar por la palabra de Dios, el pesebre es el Evangelio vivo, no necesitamos oir ninguna otra palabra frente a la escena de Belén, porque podemos descubrir que Dios nos está hablando con misericordia y perdón”.
“Son los pobres, los simples, los despojados de todo, los que tienen en corazón libre, los que están en paz, los que no están atados al poder ni al tener ni al placer, los que no están anclados en los odios y las venganzas; los que tienen lugar para Dios, que quiere hacerse parte de esas vidas”, afirmó con énfasis en sacerdote.
Y propuso que “esta noche celebremos a Jesús y compartámoslo con los demás, permitamos que otros hermanos puedan encontrarse con El y no se queden simplemente con los brazos cargados de comida, de regalos o de ruidos”.
En el final de la misa los fieles besaron la imagen del Niño Jesús, y recibieron como obsequios un pan y una imagen luminosa del Niño por cada familia.