El Párroco Luis Mena presidió anoche la Misa de Nochebuena en un Templo colmado de fieles.
Concelebraron los sacerdotes Giecco y Scapino, y en el cierre de la celebración, como es tradicional, se realizó el “besa niño”, veneración a la imagen de Jesús recién nacido.
“Si estamos acá, celebrando esta Nochebuena es porque realmente creemos que es una noche especial”, dijo Mena en su Homilía.
Y resaltó que “es verdad que un montón de cosas se fueron agregando a esta Nochebuena, de las cuales no estoy en contra, de festejar, de compartir, pero mientras no nos olvidemos del centro de esta noche, la noche del amor con mayúsculas, el amor de Dios que quiso hacerse hombre, asumir toda nuestra realidad para que nosotros comprendiéramos hasta el punto que nos ama”.
“Es la noche de ese amor que como cristianos queremos vivir, muchas veces en esto fallamos, pero tiene que ser nuestra meta, vivir el amor de Dios en nosotros y entre nosotros”, remató.