Un año antes de su deceso, en 1997, habÃa recibido en vida un honor absolutamente merecido. Sus vecinos del Honorable Concejo Deliberante lo declararon Ciudadano Ilustre de Lobos en una sesión inolvidable como es inolvidable la figura del querido “Coco” Pigazzi.
En 1945, cuando estaba en Lobos con licencia de las tareas que cumplÃa para un laboratorio de Capital Federal en su especialidad que era QuÃmica Industrial, los llamaron para cubrir una suplencia en el entonces Instituto Incorporado Lobos, después Colegio Mariano Moreno, luego Instituto Juan José Paso, y más adelante Colegio Nacional de Lobos.
Fue por una semana y se quedó ¡30 años, 6 meses y 29 dÃas en el establecimiento que formó parte inseparable de su vida y que condujo desde 1958 hasta el 30 de abril de 1987, con la maestrÃa que puso en todo lo que emprendió.
Fue Secretario General de la Filial Lobos del Instituto Nacional Sanmartiniano y años después presidente; primer presidente de la Federación Regional de Ajedrez de la Cuenca del Salado; integrante del Centro Nativo Acuyai, de la Comisión Municipal de Fiestas Públicas, de la Lliga Lobense de Básquetbol, de la Comisión Permanente de Homenaje a los soldados lobenses que combatieron en Malvinas; periodista en los medios Juvenil, “5 de abril”, “La Voz de Lobos” y Semanario La Palabra donde creó la memorable columna de El Licenciado.
Dictó múltiples conferencias y escribió notables ensayos especialmente sobre la vida y obra del General José de San MartÃn, como Evocación Sanmartiniana, Cantos Sanmartinianos (audiovisual estupendo con intérpretes en vivo), San MartÃn y el Soldado de la Independencia, Desde Yapeyú a la Gloria.
Qué no hizo Pigazzi en su amado Lobos, aprovechando su enorme inteligencia y capacidad de transmitir lo que sabÃa y lo que sentÃa.
Recibió el premio “José Salgado” de Emisora Lobos y el “José Salgado” del club homónimo, y el Morrión de Granaderos a Caballo por su labor sanmartiniana.
Una calle de Lobos lleva su nombre, al igual que el Polideportivo de su querido Colegio Nacional.