Eduardo Anaya, ex jefe de Bomberos, distanciado de la conducción actual, cuestionó en forma pública la decisión que tomó la entidad de hacer sonar nuevamente su sirena.
Dio a conocer su postura contraria a través de la siguiente nota:
“He leído con preocupación en varios medios un artículo sobre la decisión de volver a tocar la sirena general ubicada en el cuartel central de bomberos de nuestra ciudad, según el informe las autoridades de bomberos argumentan aumento del parque automotor, retraso en la llegada al cuartel de los bomberos en caso de convocatoria a un siniestro.
Mucho hemos trabajado para sustituir esta sirena por métodos modernos de alarma y comunicación, personalizando los mismos a través de equipos de comunicación individual, además de seguridad en la llamada y recepción con respuesta, evitando el accionar del viento, cuando sopla de un lado o del otro no se escucha, evitando aglomeraciones frente al cuartel, evitando que sigan a las unidades en tránsito al siniestro, evitando la psicológica angustia que este sonido representa a la comunidad, no es verdad que al sonido de la sirena la gente se paraliza y deja pasar al bombero en tránsito, la gente va en su mundo, la radio, la calefacción, el aire acondicionado, el escape de las motos, etc., la gente no escucha la sirena general ni siquiera a dos cuadras del cuartel, lo he comprobado personalmente, creo que se va a cometer un error.
Para agilizar el retraso de las salidas, tal lo manifiesta en la publicación, hay que poner en funcionamiento una Ordenanza Municipal existente que es la provisión a cada vehículo particular del bombero de una señal lumínica y sonora, esa es una forma moderna de abordar parte del problema, de la otra manera estaríamos volviendo al pasado, o más aún, a un sistema obsoleto en estos tiempos, utilizado en las guerras mundiales.
Dos consideraciones: 1) Esta decisión es un acto retrógrado y anacrónico. 2) Los bomberos deben empezar a respetar las leyes de tránsito cuando se dirigen al cuartel a prestar un servicio, preservar la vida de las personas, la propia y su patrimonio”.