Lisandro circulaba por la Ruta 205, en cercanías de las vías de Pacheco.
Aminoró la marcha para cruzar e imprevistamente el vehículo fue atacado a piedrazos por desconocidos.
El impacto fue sobre el parabrisas, y provino de entre los pastizales, donde los autores estaban escondidos.
El conductor, en medio del shock, advirtió que se trataba de una maniobra para que detenga el auto y robarle, tal como pasa con habitualidad en las autopistas porteñas o en zonas cercanas a barrios vulnerables.
A Javier le pasó lo mismo, pero cerca de la Ruta 41. Iba en la camioneta con sus hijos, saliendo de la zona de los hornos.
Llegando a la ruta recibió el ataque. “Papá, papá, se rompió el vidrio”, exclamaron los chicos.
El hombre mantuvo la camioneta en marcha y nunca se detuvo.
También advirtió en el acto que podía tratarse de un intento de robo y que lo mejor que podía hacer era seguir manejando e irse del lugar.
Otros casos
Las víctimas hicieron público lo que les pasó en grupos privados de WhatsApp y la noticia comenzó a viralizarse rápidamente, lo que permitió conocer que no fueron los únicos casos.
Enseguida nomás aparecieron otras personas que dijeron haber pasado por la misma situación, especialmente en las vías de Pacheco.
“Aprovechan cuando no hay mucho tránsito”, explicaron.
LA PALABRA dialogó con las víctimas, que confirmaron los hechos y expresaron su preocupación por lo sucedido, por más que afortunadamente no alcanzaron a ser abordados por los delincuentes.
“Por suerte estamos bien y no pasó a mayores. Pero no deja de ser grave. Cada vez nos parecemos más al conurbano”, expresó Javier.