
Según los datos recogidos, Mario Micci estaba en la vivienda de Castelli 725 cuando sonó el timbre, la empleada fue a abrir y lo que le dijeron los tres sujetos hizo que les permitiera ingresar. Inmediatamente sacaron las armas, los redujeron al dueño de casa, la empleada y el pintor, y los llevaron al primer piso donde están las habitaciones, atándolos a los tres a la cama.
Mientras le exigían a Micci las llaves de la caja fuerte, llegó la señora desde la calle, la abordaron enseguida, la tiraron al piso, la amordazaron con una camisa y la ataron con la cadena de la mascota.
Se llevaron una cuantiosa suma de dinero, alhajas y los teléfonos celulares.
Los malvivientes se movilizaban en una Berlingo blanca. Y además de los tres que ingresaron, había un cuarto que los esperó afuera.