
Falta poco para que termine el año y muchos jóvenes que están finalizando el secundario, que tienen intención de continuar estudiando, todavía no saben qué carrera escoger.
Están indecisos y no se terminan de poner de acuerdo consigo mismo. Quieren una cosa, pero al mismo tiempo también quieren otra.
“Es una situación mucho más común de lo que se piensa y no hay que tomarlo como nada traumático ni mucho menos”, dice Matías, coaching vocacional.
De 10 chicos, precisa, tiene decidido con mucha anticipación qué va a estudiar.
“Por mi trabajo tengo la posibilidad de hablar con muchos adolescentes de 5to. o 6to. año del secundario, que no saben qué carrera seguir, y en todos los casos la situación es muy parecida”, aclara.
“Piensan más en las condiciones que por ahí creen que les falta, y no piensan tanto en lo que deberían pensar más, que es el talento natural que tienen para ciertas cosas”, advierte.
“Por ahí se focalizan más en algo abstracto, difícil de alcanzar, cuando en realidad es mucho más sencillo. De lo que se trata es de buscar qué les gusta hacer y con qué se sienten cómodos”, destaca el especialista.
Asistencia profesional para autoconocerse
“Por eso mi trabajo, explica, está orientado a ayudar a los jóvenes a autoconocerse, a descubrir que los hace sentir bien”.
No importa lo que a cada chico le guste, lo que importa es que le guste a él y no a los demás”, sentencia Matías.
“Estos días se conoció el caso de un abuelo de 92 años que se recibió de arquitecto y dijo que lo hizo porque lo hacía feliz. Eso es lo que debemos hacer todos. Volcarnos hacia las cosas que nos hacen sentir bien. Desafiar el piloto automático y buscar lo que realmente queremos”, completa.

Matías Salvo. matias_salvo@hotmail.com
El mandato familiar, entre los limitantes
“Los chicos deben pensar en sus gustos, no en lo que van a decir mamá o papá”
Matías advierte que hay muchos estudiantes que salen del secundario con excelentes notas y que fracasan en la universidad por haber elegido mal.
“No hay que verlo como nada tremendo, hay que aprovechar eso para aprender y para no volver a cometer el mismo error”, agrega.
“Es fundamental que los chicos piensen más en sus gustos y no en lo que van a decir mamá o papá en la casa”, recomienda.
El mandato familiar, confiesa el especialista, es un limitante que los jóvenes deben derribar.
“Hay que dejar de lado lo que digan en casa. No hay que hacerse problema por eso. Hay que hacer lo que sentimos, lo que nos gusta a nosotros”, insta el coaching a los jóvenes.
Permiso para equivocarse
También les pide a los chicos “darse permiso para fracasar”.
“¿Cuál es el problema si elegimos una carrera y nos damos cuenta que nos es la que nos gusta? ¿Quién nos va a decir algo? Lo importante es que nos demos cuenta a tiempo. No cuando la estemos por terminar”, explica.
Lo que logra un coaching vocacional
– Identificar aquellos talentos y capacidades que puedan desembocar en una vocación para toda la vida
– Reconocer las fortalezas y aptitudes y desde allí iniciar la construcción hacia el objetivo propuesto.
– Encontrar la carrera que nos guste, reafirmar la elección o cambiar la carrera elegida si no se está conforme o no era lo que se creía.