Debido a que el 2 de abril próximo es el Día de Concientización sobre el Autismo, la Licenciada en Psicología Lucía Inés Blasco, y docentes de la Escuela de Educación Especial 502, difunden un documento con precisiones importantes para entender esta situación.
“Algunas diferencias son fáciles de ver, como la altura, el color de pelo, color de ojos… Pero otras no son tan obvias, como por ejemplo nuestras comidas favoritas, miedos o habilidades. Curiosamente nuestra forma de ver el mundo también es diferente en cada uno de nosotros.
Nuestros cerebros funcionan diferentes, son como una computadora y cada uno es diferente de los demás y controla como aprendemos. Por eso cada cual tiene habilidades diferentes y reacciona en diferentes formas frente a los mismos estímulos y como nos comunicamos. El cerebro, a veces esta conectado de tal forma que interfiere con los sentidos y las formas en que actuamos o como nos relacionamos e interactuamos con los demás.
A esto se lo conoce como Autismo (TEA). En el mundo 1 de cada 100 personas lo posee. Por eso es útil concientizar sobre que significa, empoderar sus derechos y entender la realidad que viven ellos y quienes los rodean.
El autismo es una palabra que está muy cargada: se asocia con una enfermedad, pero no lo es y para levantar ese estigma, hay que hacer un trabajo enorme a nivel sociedad. La ignorancia es una de las principales barreras del autismo, por cómo impacta en la discriminación y en la no inclusión. Informarse empodera permite ayudar desde el lugar de cada uno y perder los miedos.
Frecuentemente el TEA crea en el cerebro conexiones especiales que facilitan tareas que para muchos pueden parecer difíciles, como puede ser la música, dibujar, posiciones de sentarnos o mover el cuerpo. Pero esas conexiones tienen a veces el sentido opuesto, y actividades que son increíblemente fáciles para nosotros pueden ser para ellos extremadamente difíciles, como por ejemplo comunicarse, entender chistes, relacionarse con su facilita, expresar un dolor o tan simple como hacer amigos.
Nuestros sentidos envían al cerebro constantemente información de las cosas y personas que nos rodean. Sin embargo, cuando no se comunica bien el cerebro y los sentidos, el cerebro se sobrecarga y se confunde afectando también como se ve el mundo exterior. Imagínate que estas cambiando por una tarde de invierno, donde hay viento, autos, personas, animales, ruidos, olores…. A muchos de nosotros nos parecería una hermosa tarde para disfrutar, pero alguien que posee TEA puede no ser tan lindo. Por ejemplo, muchos escuchan 5 veces mas fuerte que el resto, o perciben el olor de manera invasiva o bien lo que es un simple viento, para ellos lastima su piel… Y así sentirse aterrados.
Muchos de ellos no pueden poner en palabras como se sienten y aunque por fuera parezca estar todo bien, quizás por dentro hay mucha información que los llena de ansiedad. Por eso existen 3 niveles de TEA, y su grado de ayuda para realizar cosas, para percibirse o expresarse necesita de menos o mas ayuda.
Todos frente a la ansiedad generamos métodos para calmarla. Por ejemplo, durante situaciones difíciles podemos abrazarnos, nos mordemos las uñas, movermos las piernas, jugamos con las manos o apretamos nuestros labios. De la misma forma personas que tienen autismo realizan lo que se conoce como “estereotipas”. Existen diversas formas como personas hay, puede ser por ejemplo balancearse, caminar constantemente, gritar, realizar aleteos con las manos, etc.… y todas son formas de autorregularse de esta ansiedad, aunque a veces parezcan extraños. Pero así se protegen y nos indican que hay algo que les molesta o no esta bien. Entonces, lo mejor que podemos hacer es no empeorar su ansiedad, sino más bien acompañarlos, ser empáticos y pacientes. Solo hay que recordar que porque un juego de X-box no funciona en la play station, la play no esta rota, sino que necesita otro formato. Las personas con TEA necesitan tener una familia, amigos, maestros y una sociedad que este dispuesta a tomarse el tiempo necesario para conocerlos y comprenderlos. Con comunicación, paciencia y amor todos podemos beneficiarnos.
El Autismo no es una enfermedad, es simplemente una forma de ver el mundo, así como cada ojo percibe”.