Con un pesebre que fue viviente por primera vez en la historia de la Misa de Nochebuena en el Temoplo Parroquial, cientos de fieles compartieron la celebración central de la Navidad 2018.
Cecilia Francavila (MarÃa), MatÃas Migues su esposo (José) llevando en brazos a su pequeño bebé de 2 meses que simbolizó a Jesús, ingresaron al Templo por el centro antes que los padres Claudio Mosca, Roberto Giecco y Federico Telles.
Y al finalizar la misa, los fieles besaron los piecitos y bracitos del bebé en lugar de besar al niño Jesús en su imagen de yeso u otro material.
“Dios nos sorprende, y no desde la majestuosidad. El camino de Dios es otro, su forma de llegar a la vida del hombre no tiene nada de brillo ni de lujos, tiene mucho de silencio, de vida aceptada y compartida, de familiaridad”, dijo Mosca en su mensaje.
Y luego expresó: “en nuestro tiempo, en medio de la oscuridad de la mezquindad y de la injusticia que vive nuestra Patria, quiero soñar que en esta noche la luz de Cristo puede repercutir en el corazón de nosotros y transformarnos y transformar la realidad”.
Contó que “esta noche muchas familias de la comunidad se servirán de lo que ustedes generosamente dejaron al pie de ese árbol, 38 familias reciben esa caja con alimentos para esta noche. Y esta noche cuatro familias han sido beneficiadas solidariamente por algunos grupos de la comunidad que han compartido lo que comerán en sus mesas, y les han preparado una mesa de Navidad no con las sobras, sino para que puedan servirse como se sirven ellos”.
“Esta noche por primera vez una niña de 7 años que esperaba a Papá Noel cada año, recibirá su regalo, y eso es una luz que brilla de verdad en la comunidad, y es la que quiero hacer crecer en nuestros corazones, que se multiplique, que se acreciente, porque la solidaridad es un don de nuestro pueblo que no debemos permitir que nos la maten”, arengó el cura.