Abrazos. Lágrimas. Mucha emoción. Mejor corolario imposible para el fútbol lobense en las Olimpíadas del Salado.
Después de más de 10 años el balompié local se volvió a consagrar campeón y lo hizo luego de una gran actuación.
También la gente fue protagonista, llenando la cancha de Provincial durante la final como hace mucho no pasaba en las Olimpíadas.
El equipo contagió mucho desde adentro y el público respondió.
“Topo” Castellanos, director técnico del conjunto campeón, apostó por el buen fútbol, por el toque, y lo demostró en cada partido desde que comenzó.
También en lo individual tuvo puntos altos muy importantes, como Mariano Aguirre, Agustín Francavila, Mateo Riscino, Ivo Lamboglia, y Maximiliano Maglione.
Pero, no hay duda, lo principal y lo más destacado fue lo colectivo.
Todos empujaron desde el primer minuto. El que tuvo la suerte de entrar y el que tuvo que quedar afuera.
Lo grupal fue clave. Castellanos trabajó mucho en eso y fue uno de los pilares de esta histórica consagración.
En la final, que se jugó bajo lluvia y la hizo aun más emotiva, Lobos venció en forma categórica a Monte por 2 a 0, con golazos de Agustín Francavila y Mariano Aguirre.
Entró dormido Lobos, pero reaccionó rápido. El partido fue parejo hasta la primera mitad.
Pero ya en la segunda Lobos pisó el acelerador a fondo y terminó siendo justo campeón.
El plantel campeón: Maximiliano Maglione, Agustín Francavila, Caleb Musa, Mariano Aguirre, Ezequiel Fernández, Mariano Lorenzetti, Juan Cabot, Matías López, Braian Bustos, Agustín Gallo, Nicolás Cionco, Leonardo Franco, Gonzalo Martínez, Gonzalo Gruccio, Agustín Correia, Tomás Martínez, Pablo Bernaola, Ivo Lamboglia, Joaquín Onetto, Tomás Cagliari, Mateo Riscino, Leonel Lamboglia, Lautaro Regis, Valentino Ippólito. DT: Jonathan Castellanos.