Salía como de costumbre del Frigorífico Runfo, en La Matanza. Tomó el camino que toma siempre hacia Tristán Suarez, con destino a Buenos Aires.
Pero lo interceptaron. El empresario lobense, del rubro de la carne, iba con un empleado en su camioneta Toyota Hilux y fue sorprendido por delincuentes que lo emboscaron y comenzaron a dispararle.
“Primero se me cruzó una Land Rover adelante. Freno, miro para atrás y tenía otros dos autos encerrándome”, dijo el empresario a LA PALABRA.
“Lo primero que hice fue hacer marcha atrás y tratar de escapar. Fue ahí cuando comenzaron a dispararme. Primero tiraban a las gomas, pero cuando vieron que yo seguía tratando de escapar, comenzaron a dispararnos por todas partes”, relató.
La camioneta del empresario posee blindaje antibalas, pero había delincuentes que tiraban con FAL, por lo que varios disparos lograron traspasar el vidrio.
“Por suerte estamos los dos bien, tanto mi empleado como yo. En mi caso lo único que tengo es una herida en la mano. Calculo que la bala me rozó, porque si me agarra de lleno el FAL me vuela la mano”, expresó.
Repelió la agresión a los tiros
El hombre, en medio de la balacera, cuando alcanzó a salir de la emboscada, sacó su arma (posee permiso de portación) y también comenzó a disparar.
“Creo que dos o tres tiros alcancé a disparar. No tenía intención de lastimar o pegarle a nadie, solo quería amedrentarlos y que se dieran cuenta que yo también estaba armado”, dijo la víctima a LA PALABRA.
Finalmente logró ingresar a una tosquera que hay en el medio del camino, pedir ayuda y escapar de los delincuentes.
“Fue una situación brava, pero en el momento no pensás mucho. Lo único que pensé en ese momento era en escapar”, confesó.
El empresario, conocido en nuestro medio, tras hablar con LA PALABRA y contar lo sucedido pidió no revelar su identidad, por resguardo de su familia.