El Servicio de Hemoterapia del Hospital no se toma vacaciones. Desde la primera semana del año, como lo hace habitualmente todo el año, siguió con sus colectas de sangre, los días lunes y miércoles.
Pero, como pasa habitualmente para esta época, la cantidad de donantes disminuyó en forma significativa.
“Es normal, entre enero, febrero y marzo la donación voluntaria, no solo en Lobos sino en todos partes, cae a mas de la mitad”, explicaron en el servicio.
Por eso, como “accidentes y transfusiones hay todo el tiempo”, convocaron a seguir donando.
“Le pedimos a la gente que se acerque, que siga viniendo, el servicio sigue funcionando con normalidad y necesitamos mucho contar con más donaciones”, dijo Nancy Vázquez, profesional del servicio.
“Cualquiera de nosotros puede ser el próximo paciente. Por un accidente, por una operación, por lo que sea. Por eso pedimos a la gente que no deje de donar, por más que estemos en verano o en vacaciones”, instó.
“Sin donación, no hay sangre”
La profesional dijo a LA PALABRA que los días de donación son los lunes y miércoles, de 8,30 a 11 horas, y no es necesario concurrir en ayunas.
“El acto de donación es un acto de mucho amor, de mucha solidaridad, no demora más de 15 ó 20 minutos, es mínimamente invasivo, no es doloroso, y realmente hace bien. Nada más lindo que sentir que con 15 ó 20 minutos de nuestro tiempo, estamos ayudando a quien nos necesita”, indicó.
“Por suerte seguimos contando con donantes. Ya desde la primera semana del año comenzamos a recibir donaciones. Pero la realidad es que la cantidad disminuyó bastante respecto a los meses anteriores y no queremos que se siga cayendo por la importancia que tiene donar sangre para salvar vidas”, indicó Nancy Vázquez.
“Sin donación, no hay sangre”, resumió en forma clara, simple y muy contundente.
Gesto para destacar: es partera y fue a donar sangre para parturienta que necesitaba ser transfundida
Rocío Gamberoni es partera del Hospital. A principio de mes una mamá que había dado a luz necesitaba ser transfundida y la profesional no lo dudó. Fue al Servicio de Hemoterapia y se ofreció como donante. Fue la primera donación del año.
“La mamá tuvo un desgarro durante el parto, necesitaba ser transfundida para compensar la sangre que perdió y en Hemoterapia no había muchas unidades de sangre disponibles. Por lo tanto fui y me ofrecí”, dijo con naturalidad, tras el hermoso gesto que tuvo.
“Me atendieron muy bien, fueron 10 o 15 minutos, y la mamá se pudo seguir transfundiendo”, expresó.
La mamá después se enteró del noble acto de la partera, agradeciéndolo con mucha emoción.
“Cualquiera en mi lugar hubiera hecho lo mismo”, dijo con humildad la profesional.