El problema no es nuevo, pero explotó la semana pasada. Inspectores municipales, disconformes por ciertas medidas tomadas por el gobierno, decidieron dar un paso al costado y se bajaron de las tareas habituales que venían haciendo, respecto al control y cumplimiento de la cuarentena por el coronavirus.
Expresaron que no se sienten apoyados por sus superiores y que sus opiniones no se están teniendo en cuenta.
“Si van a poner lo político por encima de lo sanitario y lo epidemiológico, nos vamos”, esgrimieron.
Por tal motivo, entre el lunes y el martes, pegaron el portazo y anunciaron que sólo seguirán cumpliendo con sus funciones específicas.
Los más molestos, trascendió, son Flavio Gregori y Santiago Barriola. Coincidentemente, los que mayor preponderancia venían teniendo en la toma de decisiones que se estaban tomando en la calle.
Gregori, Director de Bromatología y experto en temas sanitarios, también decidió renunciar al Equipo Intersectorial del Hospital.
Adujo lo mismo. No estar de acuerdo con las últimas medidas del gobierno.
Los pormenores
En particular, lo que más le venían pidiendo los inspectores al Ejecutivo, era disminuir la cantidad de personas en la vía pública.
Consideran que la cuarentena no se está cumpliendo como corresponde, que en los últimos días principalmente había comenzado a circular mucha gente y que era necesario frenarlo.
¿Cómo? Sacando más policías a la calle y disminuyendo el horario de funcionamiento de los comercios.
Gregori se lo había pedido a Etcheverry y a Hasper y en principio le habían dicho que sí, pero luego la medida no se terminó aplicando.
Por lo tanto, molestos por la falta de apoyo y por no conseguir lo que venían pidiendo, optaron por renunciar.
Gregori, autor de muchas de las medidas que se tomaron en los últimos 30 días, renunció a su función de asesor sanitario y se ceñirá sólo a cumplir funciones como Director de Bromatología y Barriola renunció como Director de Comercio, pasando a depender de Gregori.