Fue el peor viaje de sus vidas. Pero no es chiste. De verdad. Pasajeros de nuestra ciudad que tomaron el colectivo de la Línea 88 para viajar a Cañuelas, vivieron la peor pesadilla que se pudieron haber imaginado nunca. De hecho salvaron sus vidas de milagro.
El dramático hecho ocurrió la otra semana. El micro iba por la ruta y el chofer comenzó a amenazar con suicidarse y matar a todo el pasaje.
Al principio los pasajeros creyeron que era broma, pero al poco tiempo corroboraron que el colectivero hablaba en serio.
Previamente había hecho un par de maniobras peligrosas, como cruzarse de carril o subir excesivamente la velocidad.
Creyeron que lo hacía por irresponsable, nunca imaginaron que en realidad estaba desequilibrado mentalmente.
“¿Quieren conocer a Dios? Yo voy a hacer que lo conozcan”, exclamó de nuevo el chofer, pasando a la mano contraria y quedando de frente con un vehículo que circulaba en dirección a Lobos.
“Creí que nos mataba a todos”
Luego de la última maniobra los pasajeros lograron que el chofer detenga el micro y les abra la puerta.
“Pensé que nos mataba a todos”, dijo Lucía Castellanos, joven docente de nuestra ciudad, que fue una de las pasajeras de ese viaje de terror.
Pero no fue todo. Tras permitir que las personas desciendan del micro, hecho que se produjo cerca del peaje, el hombre bajó y dijo: “ahora los mato a todos y me mato yo”.
“Otra vez pensamos lo peor”, dijo la pasajera, que cursa un embarazo de 8 meses.
Finalmente, de acuerdo a la información brindada por El Ciudadano de Cañuelas, el chofer fue detenido en esa ciudad. La policía intervino a raíz del llamado al 911 y el conductor fue identificado como Brian Ayala, de 26 años de edad, domiciliado en González Catán. Aparentemente, según la misma información, habría sufrido un cuadro psicótico.
“En un momento pensé en romper los vidrios y tirarme por la ventanilla”
Lucía Castellanos viajaba a Cañuelas para participar de un curso docente. “Tomé el 88 por más barato. Además otras veces había viajado y no había tenido problemas”, señaló la maestra jardinera en diálogo con LA PALABRA.
“Cuando pasó todo lo que pasó entré en pánico. Pensaba en mi embarazo, era en lo único que pensaba. No me importaba tanto mi vida, si la de mi bebé”, confesó.
“Otros pasajeros me ayudaron y trataron de calmarme”. “Le pedíamos que nos bajara, pero no frenaba”, narró.
“En un momento pensé que era un ataque terrorista. Ahora parece disparatado, pero en ese momento cuando el chofer nos hablaba de que se iba a matar y nos iba a matar a todos se te cruza cualquier cosa por la cabeza”, manifestó.
“Incluso en un momento, era tal la desesperación, que hasta pensé en usar el martillo que trae el colectivo, romper los vidrios y tirarme por la ventanilla”, confesó.
“Hubiera sido una locura, pero no sabía qué hacer. Tenía la panza súper dura de los nervios”, afirmó.
En la empresa dicen que robó el colectivo
Luego de lo ocurrido la compañía brindó explicaciones. Afirmó que el chofer no era el titular y debía viajar como acompañante. Hacía 10 días que estaba en la empresa y había pasado sin problemas todos los exámenes psicofísicos.
“Cuando el chofer titular bajó al baño en la terminal de Lobos, esta persona que iba como acompañante ocupó su lugar y arrancó”, dijeron voceros de la empresa, según lo consignado por El Ciudadano de Cañuelas.