La primera vez ella estaba durmiendo y le llevaron casi 20.000 pesos en efectivo que tenía ahorrados, un televisor, la cartera con todos los documentos, y otras pertenencias.
Ahora le sustrajeron en microondas, la pava eléctrica y otros efectos, mientras ella no estaba en la vivienda.
El hecho provocó una unánime indignación vecinal, reclamando una vez más que el Municipio intime al dueño del lote que está enfrente a la casa y que ocupa toda una manzana, a que lo limpie de una vez porque es un escondite de delincuentes.
Afirmaron los vecinos reunidos en la esquina, que “estamos cansados de ir a la Municipalidad por este tema, pero no tenemos respuesta, nosotros lo limpiaríamos por nuestra cuenta pero seguro que tenemos problemas por entrar a un lugar que es privado”.
Se quejaron del accionar de la policía diciendo que “llamamos enseguida y vinieron a la media hora dos efectivos que lo único que hicieron fue decirnos que no podían hacer nada, ni siquiera amagaron con entrar al lote que es lo que correspondía porque en el anterior robo se encontraron cosas adentro”.
Con la lógica indignación por la sucesión de hechos en el barrio en los últimos tiempos, decidieron invitar al periodismo a que los acompañe a la casa de Marcelo Delía, el dueño del predio, que vive en calle Arévalo frente al galpón que el Municipio utiliza para entrega de alimentos.
Allí le exigieron a Delía la limpieza de ese bosque, y el vecino que los atendió detrás de la reja de su casa, finalmente se comprometió a limpiarlo en el término de 15 días.