
El Museo Pago de los Lobos ya cuenta con el espacio “Abel Oscar Fernández”, con elementos, libros y documentos que pertenecieron al recordado vecino, agrimensor y apasionado por nuestra historia.
Los hijos, nueras, nietos, bisnietos y una hermana de Abel estuvieron presentes en el acto, en el que no hubo ninguna autoridad municipal, increíblemente.
“Son objetos que usó en su trabajo como agrimensor, y en la sala del archivo está toda la documentación histórica que fue recopilando para la producción de sus libros. Esto ya está a disposición de todos los habitantes de Lobos, y no tenemos palabras para agradecer el gesto de ustedes en nombre de todos los lobenses porque este es el muso del pueblo, y de esta forma la memoria de don Abel sigue viva”, explicó José Guindani.
Adalberto Fernández, uno de los hijos de Abel, rememoró que “inició su tarea profesional fundando el estudio de agrimensura Fernández en nuestra ciudad de Lobos, en el cual se mantuvo hasta el mismo momento de su desaparición física, y el mismo continúa hoy vigente”.
“Su profesión la ejecutó con gran amor, esfuerzo y empeño por casi 60 años en su querido y amado partido de Lobos”, sostuvo.
“Además de su profesión, Abel Fernández abrazó su otra pasión, la investigación histórica de su pago chico como él le decía, traducido ello en sus libros publicados, y en otros ensayos, relatos, planos y memorias que nos ha dejado”, reseñó.
“Teniendo en cuenta su amor por las cosas de Lobos, con Ricardo no dudamos que el lugar preciso para que todos los instrumentos y el resultado de su dilatada tarea profesional y de su investigación histórica, debía ser, sin lugar a dudas, esta institución, el Museo Pago de los Lobos, porque de esta manera cualquier miembro de nuestra comunidad, así como nuestros visitantes, podrán observar, bucear y estudiar todos y cada uno de los elementos aquí depositados y archivados”, completó.