
Con una exquisita raviolada disfrutada por unos 150 comensales, la Casita del Niño Parroquial inauguró el SUM.
El Padre Roberto Giecco, creador del servicio, y Lidia Parada de Giuliano, integrante del grupo fundador, descubrieron una placa recordatoria de las hermanas Aguerre, las donantes del edificio donde funciona el servicio desde hace 30 años.
Silvia Villalba, directora de la Casa, remarcó que “después de dos años tenemos la posibilidad de volver a encontrarnos presencialmente y nada menos que para inaugurar a este SUM concretado gracias al aporte de los colaboradores, de la comunidad lobense, y siempre recordando a las hermanas Aguerre que pusieron en manos del padre Roberto esta propiedad para poder contener a la niñez más desprotegida”.
También destacó que “esto es para los nenes, para sus familias, para las actividades diarias de la casa, y para los eventos de la parroquia, de las capillas y de la comunidad toda que en definitiva hizo posible concretarlo”.
“Un gracias infinito a la comunidad de Lobos que una vez más nos acompañó para concretar esta sueño, llevado adelante por el maravilloso grupo de colaboradores que tenemos”.