Fue realmente increíble lo que contaban sus integrantes, que desde el municipio no se hacía prácticamente nada.Todos recordarán que se realizó una multitudinaria colecta donde se juntaron más de 600.000 pesos, demostrando que la gente tiene más sensibilidad que la que los estaba gobernando.En ese entonces el ex intendente Sobrero tenía todas sus energías en terminar el Cine Italiano, que costó más de 12 millones de pesos. El mismísimo relator del relato K, Víctor Hugo Morales, vino en esos días a Lobos y habló muy bien del cine, que es y será nuestro orgullo, pero que contrastaba con la colecta que se iba a realizar a los pocos días para terminar con la terapia intensiva, que por supuesto Sobrero no lo llevó para que la conozca. No era evidentemente una obra importante o que le interesara mostrar.También sabe Sobrero que no hay una decisión política de cerrar la Terapia, sino sí tendríamos que haber hecho una pueblada para evitarlo. Fue un error administrativo del actual gobierno que le costó caro a los vecinos que allí se atienden. Seguramente con un decreto de necesidad y urgencia, como dijo el ex mandatario, se podría haber solucionado, pero la gente votó en las últimas elecciones por el que se vayan todos, y como dijimos antes, las nuevas autoridades a nivel municipal, provincial y nacional, están jugando en primera sin haber hecho las inferiores. Estas cosas que no deben pasar, pasan, porque los vericuetos de la burocracia estatal son realmente muy complejos además de innecesariamente engorrosa.Las autoridades actuales se hacen cargo del error y Sobrero, como muchos que se quedaron afuera de la política, están agazapados esperando la oportunidad para golpear. Qué distinto hubiera sido si Sobrero que estaba al tanto de lo que pasaba en el hospital se comunicaba y ofrecía la solución, no para salvar a Etcheverry, sino para que los humildes que él tanto defiende no pierdan la única posibilidad que tienen de atenderse en una terapia intensiva local.Sobrero también se paseó por los medios diciendo que los médicos terapistas se podrían haber pagado ahorrando la pauta publicitaria municipal en LA PALABRA, cuando el gobierno de Cambiemos tiene un trato equitativo con todos los medios y no discrimina a nadie, como él sí lo hizo. No se le ocurrió cuando fue intendente ahorrarse el cuantioso dinero que salía el NOTI-MUNI y dárselo al hospital. Ese medio que fue costeado por todo el pueblo de Lobos y era únicamente una propaganda K . Es más, el Concejo Deliberante en un intento por encontrarle un sentido a la publicación, pidió que incluyeran sus proyectos y que se expresaran todos los bloques, hecho que no fue escuchado por Sobrero. A Sobrero le decimos que hablar de los medios en lugar de debatir ideas y hechos es berreta, es bajo, es pequeño. Aunque es innecesario le decimos que LA PALABRA no vive ni vivió nunca del Estado. Son sus lectores y anunciantes los que usan nuestro servicio informativo y publicitario y así será hasta que ellos lo decidan.Sobrero lejos de hablar de los demás debiera explicar por qué la obra de la terminal se hizo dos veces, por qué el asfalto se rompe, no sirve, por qué la compuerta también se rompió, por qué tanto despilfarro. También debiera explicar por qué sus compañeros del proyecto K, José López, “Josecito, como él lo llamaba”, y Lázaro Báez, van a pasar Navidad en el penal de Ezeiza y también por qué De Vido, Cristina Kirchner y su familia, que también fueron sus compañeros de la década que ganaron, hoy son actores estelares de una siniestra película policial que sería candidata al Oscar en Hollywood. Realmente también es desagradable escuchar a Sobrero decir que los actuales gobernantes no tienen proyecto político, si es lo único que tienen, un proyecto político, no personal para subsistir de la política. Sabe que muchos de ellos han hecho un impasse en sus actividades personales para dedicarse a la función pública, que siempre debió haber sido una vocación de servicio y no como ha hecho Sobrero su modo de vida.Como se recordará los intendentes y políticos de nuestra ciudad sólo pasaron por la función pública y volvieron a sus actividades particulares. El ex intendente Roberto Piccone a su comercio de máquinas para jardines, Humberto Maglione a la farmacia, el Dr. Manín a la profesión y la docencia, Augusto Spinosa a la Escribanía. El único profesional de la política es Sobrero, que vivió 30 años del Estado.En función de eso es muy pobre el espectáculo que da al pretender denostar a los que trabajan de la actividad privada, como nosotros, y a los que le quitan tiempo a su familia para tratar de balancear a una estructura política rentada, que está enquistada y que ha construido la sociedad más injusta que se puede imaginar.También le da un mal ejemplo a esta nueva camada de dirigentes peronistas que dejan sus actividades particulares para ejercer cargos y que son la verdadera esperanza para que el movimiento nacional justicialista sea en serio el defensor de los humildes.
Marcelo Blasco
Director