Siempre perder un ser querido es doloroso. Pero más aun cuando queda la sensación que se podría haber salvado y no fue posible por la maldita burocracia.
Jorge Alberto Segatta tenía 68 años. El martes 28 de julio a la madrugada se descompensó en su casa. SAME lo trasladó al Hospital. En la Guardia le dijeron a la familia que podía tratarse de un ACV, pero que había que esperar hasta las 8 de la mañana que abriera CIDI para hacerle una tomografía.
Lo tuvieron en el shock room dos horas, hasta que lo pudieron llevar.
El estudio comprobó que efectivamente el hombre había sufrido un cuadro de ACV hemorrágico.
Como era grave, lo pasaron a terapia intensiva del Hospital y comenzaron a pedir su derivación.
Fue entonces cuando comenzó el calvario para su familia. Por supuesto también para el propio paciente.
“Fue perverso lo que nos hicieron”
Como era afiliado de IOMA, el traslado lo debía realizar la propia obra social. Al menos eso le dijeron en el Hospital a los familiares.
A las 11 de la mañana ya lo esperaban en la Clínica San José de Villa Elisa, en La Plata.
Pero la ambulancia, que iba a llegar a Lobos después del mediodía, comenzó a demorarse.
“Llamamos infinidad de veces a IOMA La Plata y nos mentían descaradamente. Nos decían que ya estaba llegando, que estaba por el peaje, que estaba en la entrada a Lobos. Hasta nos dijeron que estaba cargando combustible. Fue perverso lo que nos hicieron”, dijo Eva Segatta, hija de Jorge Alberto, que muy amablemente, y por supuesto muy compungida, habló con LA PALABRA.
“Acá nos dijeron que no podían hacer nada”
Debido a la demora de la ambulancia de IOMA, la familia del paciente pidió que por favor lo traslade el Hospital.
En el nosocomio les dijeron que no podían, porque era afiliado a IOMA y el traslado lo debía hacer la obra social. También fueron a hablar con el Intendente Etcheverry, y dijo que no podía hacer nada.
La ambulancia de IOMA llegó después de las 10 de la noche.
“Era una combi con dos cruces pintadas y la chica que se bajó no sé si tenía 20 años”, expresó la hija de Segatta.
Pero no fue todo. La ambulancia se volvió a La Plata sin llevar al paciente.
“Se equivocaron y mandaron una ambulancia de baja complejidad y tenía que ser de alta complejidad”, relató todavía con asombro y mucha indignación la hija.
“Siempre nos va a quedar la duda”
Finalmente, ante la gravedad de la situación y la imposibilidad de seguir prolongando la espera, el Hospital aceptó realizar el traslado.
“Nunca vamos a saber por qué no lo hizo antes”, confesó Eva Segatta.
El hombre llegó a La Plata al otro día, 11 horas después de lo previsto. Lo operaron, pero no sobrevivió.
“Sabemos que era un cuadro muy grave, pero siempre nos va a quedar la duda sobre qué hubiera pasado si mi papá recibía el trato que corresponde o si en lugar de internarlo en el Hospital y esperar que lo vengan a buscar, lo llevábamos nosotros en el auto”, confesó la hija.
“Lo único que nos respondieron cuando preguntamos por qué se demoró tanto el traslado, fue que la culpa es del sistema”, concluyó apenada y con natural tristeza.