

Mosca enfatizó en su mensaje que “esta celebración de San Cayetano es de esas fiestas en las que uno no necesita hacer mucho aviso, porque están tan incrustadas en el corazón de la comunidad creyente, que nos autoconvocamos”.
“Hoy suena fuertemente en cuanto lugar esté presente San Cayetano, la súplica común de pedir trabajo, es el clamor de la gente, del pueblo, la intersección de San Cayetano para tener pan, paz y trabajo”, añadió.
Y aseguró que “cuando decimos danos trabajo, en primer lugar lo que pedimos es dignidad, porque el trabajo dignifica, cuando podemos conseguir el pan con el fruto de nuestro trabajo, con el esfuerzo personal y familiar, sentimos que ese pan lo merecemos. El trabajo nos hace dignos, no necesitamos mendigar el pan, cuando tenemos que mendigarlo sentimos que estamos dependiendo de los demás, y entonces perdemos nuestra libertad”.
“Queremos apostar por la cultura del trabajo, no queremos la cultura de la dádiva, de la dependencia de nadie”, disparó Mosca.
“Y junto con dignidad, la otra palabra que aparece en esta súplica, es la esperanza, porque cuando pedimos trabajo con insistencia, es porque tenemos puesta nuestra expectativa en lo que vendrá. La esperanza es lo que nos mueve a confiar en este santo y pedirle el trabajo. Si perdemos la esperanza no tenemos ninguna motivación para pedir trabajo”, advirtió.