

El domingo por la noche, durante otra de las misas de sanación que el Cura René Cari realizó en su Parroquia de Empalme, Silvia Negri conmovió a todos.
Momentos antes de la celebración había mostrado con enorme felicidad al sacerdote los últimos análisis de diabetes que se había hecho. “Padre, estoy curada”, le dijo.
Por eso el párroco, durante la misa, la invitó a dar su testimonio.
“Moría de vergüenza, pero acepté hacerlo para que otras personas que transitan la misma enfermedad que yo o cualquier otra crean en el poder de Dios y no dejen de consultar al Padre Cari”, dijo luego la mujer a LA PALABRA.
Aseguró Silvia Negri que hace 10 años comenzó a tener diabetes.
“Vi muchísimos médicos y todos me trataban de la misma manera, con dieta en las comidas y remedios”, señaló.
“A pesar de todo esto, advirtió, casi nunca logré bajar la glucemia”.
“Cada vez que me hacía controles, tenía entre 180 y hasta 200”, precisó.
“Encima me mataba de hambre. A mí me encantan las cosas dulces y para mí era un suplicio no poder comer facturas o alfajores”, añadió.
“Pero desde que comencé a ir a las misas de sanación del Padre René, comencé a estar mejor y hoy estoy completamente sanada”, aseguró durante su relato.
“Ya ni me acordaba lo que era comer una pastafrola…”
Expresó la mujer, que hace 40 años es empleada administrativa en el Hospital, que comenzó a concurrir a la iglesia de Empalme por un problema de angustia.
“Fue hace un año más o menos”. “Enseguida estuve mejor, pude salir adelante y por eso me animé a preguntarle al Padre si también era posible curarme la diabetes. Le dije que estaba cansada de tanta dieta, de no poder comer lo que me gustaba y de cuidarme tanto y que los estudios siempre me dieran mal”, destacó.
“El Padre enseguida me dijo que sí. Que si tenía fe y creía en Dios, lo podría lograr”, añadió.
“Por suerte no se equivocó y hoy puedo decir que estoy completamente curada”, reforzó la mujer.
“En el último análisis que me hice, la glucemia me dio menos de 100”, detalló.
“Encima volví a comer de todo. En forma moderada por supuesto, pero sin privarme de nada. Antes un alfajor me duraba entre una semana y una semana y media. Hoy estoy comiendo uno por día”, aseveró.
“Tampoco me acordaba lo que era comer una pastafrola y ahora cuando quiero me la como. No tengo que privarme más…”, dijo con tono de alivio e inocultable felicidad.
“Le di los análisis al médico y no lo podía creer”
La mujer, que afirmó que la fe en Dios y el Padre René la curaron de su diabetes de 10 años, relató que luego de hacerse los últimos análisis fue al médico para mostrárselos y el profesional reconoció que no sabe cómo pudo pasar.
“Le dí los análisis y no lo podía creer”, expresó.
“Me dijo que sin dudas lo que me curó fue la fe en Dios, porque desde la parte médica otra explicación no encontraba”, relató.
“Por supuesto, como me dijo el Padre René desde el primer momento, el tratamiento nunca lo abandoné ni lo voy a abandonar.
Lo único que ahora no tengo que privarme tanto en las comidas. Hace 10 años que lo venía haciendo…”, insistió.
Además, contó, no sólo dulces no podía comer por prescripción médica a raíz de la enfermedad.
“Otra cosa que a mí me encantaba y que tuve que dejar, fueron los sandwiches de milanesa. Supuestamente no podía juntar la milanesa con pan. Por lo menos eso me dijo el doctor. Hoy lo volví a hacer y sin ningún problema…”, destacó.
“Siempre fui muy creyente, pero el tema
de las curaciones me costaba creerlo…”
Silvia Negri confesó también que al principio, cuando escuchaba que otras personas habían ido a ver al Padre René y brindaban su testimonio de curación, le costaba creer.
“Siempre fui muy creyente en Dios y la Virgen de San Nicolás, pero el tema de las curaciones me costaba creerlo”, admitió.
“Hoy puedo dar fe de que es verdad. Yo misma lo estoy viviendo. No es que otra persona vino y me lo dijo”, advirtió.
“Por eso, instó, le pido a otras personas que tengan lo mismo que tenía yo o cualquier otra enfermedad, que vengan a la iglesia, que hablen con el Padre René y crean en Dios”.
“A mí me curó y también hizo lo mismo con muchas otras personas. Dios todo lo puede. Sólo hay que tener fe…”, dijo compungida la mujer, en diálogo con este medio.