Eran entre las 5 y las 6 de la tarde del miércoles. Una mujer, procedente de Cañuelas, llegó a la guardia del Hospital local por dolores abdominales. La médica a cargo del servicio, la Dra. Yésica Gazcón, de nacionalidad colombiana, la revisó y le diagnosticó gastroenteritis. Estaba haciendo la receta para medicarla, cuando la paciente comenzó a ponerse nerviosa.
“¿Cómo? ¿No me va a internar?”, consultó con tono inquisidor.
“No, no es necesario señora. Le termino de hacer la receta y se puede volver a su casa”, dijo la profesional.
La respuesta brindada por la doctora de la guardia no conformó a la paciente, que de mal modo y elevando el tono de su voz volvió a reclamar que la deje internada.
La médica le insistió con amabilidad que no era necesario, tras lo cual se inició una discusión que terminó de la peor manera.
La paciente, completamente fuera de sí, comenzó a increpar a la profesional y a decirle de todo. Pero la agresión verbal no fue lo único. En un momento en que la doctora se dio vuelta con intención de ir a buscar ayuda, la irascible paciente le aplicó un violento golpe en la cabeza.
Enseguida, tras escuchar los gritos, llegaron al lugar otros empleados del servicio.
Trataron de calmar a la mujer, pero fue en vano. Incluso también golpeó al enfermero de la guardia, Francisco Belfiore.
El profesional se había puesto en la puerta cuando la mujer tomó envión y lo golpeó con el puño en el pecho.
Huyó a pie
Luego de lo ocurrido la agresora huyó del Hospital a pie. Hay testimonios de personas que aseguran haberla visto correr hacia el exterior. Lo que no se sabe es si estaba con otra persona o había llegado sola al nosocomio.
La mujer fue identificada como Celia Ponce, de 47 años, oriunda de Cañuelas.
El propio nosocomio brindó los datos a la policía, pero según el efectivo que recepcionó la denuncia “no se puede hacer nada”.
“Es indignante y da mucha bronca todo esto”, confesó el enfermero Francisco Belfiore.
“La mujer fue muy bien atendida, como hacemos con todos los pacientes. Ni la médica ni ninguno merece lo que pasó. Es muy triste. Cosas así hacen bajar los brazos”, admitió con pesar.
Llanto, gritos, posible renuncia y el problema de los pacientes que vienen de afuera
Producto de la agresión la Dra. Gazcón sufrió un ataque de nervios. Comenzó a llorar en forma desconsolada y no había forma de calmarla. Llamó por teléfono a un familiar y pidió permiso para irse. Antes de retirarse, insinuó que no venía “nunca más”.
“Encima que no hay médicos, faltaría que perdamos a Yésica”, comentaron en el nosocomio.
“Es muy buena profesional, sería injusto que no venga más por esto que pasó”, agregaron.
“Esto no va más”, advirtieron trabajadores del nosocomio.
“Todos los días hay situaciones o hechos violentos”, agregaron.
Encima, por lo que dijeron, cada vez es mayor la cantidad de pacientes foráneos que concurren a atenderse.
“De Cañuelas es impresionante la gente que está viniendo”, argumentaron.