
La Vigilia Pascual, celebración cumbre de cada año para el cristianismo, fue celebrada anoche en la casa parroquial en el marco de esta realidad atípica, sin fieles.
El Padre Mosca dijo en su mensaje que “pareciera como que no nos resulta fácil expresar la alegría y el gozo del acontecimiento de la Pascua, celebrando la Vigilia en estas circunstancias. Sin embargo el gozo y la alegría de la Pascua debe surgir en nuestro corazón, y transformar toda realidad, también ésta que estamos viviendo”.
“En este tiempo de pandemia, por ahí nuestro corazón es ganado por el miedo, por la incertidumbre, nos sentimos vulnerables, nos amenaza esta idea de no saber qué viene, cómo es, a quién le va a tocar, y qué consecuencia dejará en nosotros, hay un cúmulo de sentimientos en nuestro corazón”, reconoció.
“Pero hoy es Pascua y Jesús resucitado está pasando por tu casa, por mi casa, por este pueblo, por la vida de los hombres y mujeres de nuestro tiempo”, enfatizó.
“La alegría y serenidad son los primeros frutos de la Pascua, y eso deseamos para ustedes hoy, para los hombres y mujeres de nuestra ciudad y del mundo. No caigamos en la tentación de quedarnos en la puerta del sepulcro, volvamos a nuestro origen y ahí lo vamos a encontrar al Señor, en medio de los hermanos, en la vida de tu familia, en el mundo de tu trabajo, en la ciudad, en los hombres y mujeres que tienen el corazón grande porque son solidarios, porque aunque no llevan la cruz al pecho o no vienen a misa, son gente de bien, y ahí está Jesús resucitado”, resaltó el Párroco.